domingo, 31 de julio de 2011

Elogio del carajillo de Baileys

Una de las pruebas del buen hacer hostelero de cualquier bar, tasca o taberna es la elaboración del carajillo de Baileys. Si no se nota el licor, el café es infame y te lo sirven ardiendo, es que el local no merece ningún tipo de piedad: ponles a parir delante de tus amigos y no vuelvas jamás. Si tiene la dosis justa de crema, el café es bueno y la temperatura de servicio es buena, es que estamos ante un camarero que sabe lo que se hace. Tomad nota de cualquier establecimiento que lo hagan bien, porque es la prueba del algodón. En el Tomás de Sarriá, por poner un ejemplo, los preparan bien.

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